EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 23 HISTORIA
 

LA LUCHA POR EL AGUA EN ALHAMA DE ALMERÍA (I)

Emilio García Cambra

Páginas 1 - 2 - 3 - 4 - 5

EL CAMBIANTE Y TENSO SIGLO XIX
 
Los terremotos, de tenebroso recuerdo, se repiten en 1804. Sin embargo, en esta ocasión no arrebataron al pueblo el agua. Al contrario, el seísmo  produce un aumento en el caudal de la fuente, se dice que casi del doble, por lo que se pudo regar  a parada seguida, tanto que sobraba y se llevaba al río..., según citan  Rodríguez y Cara ( 2004:28-29), en base a la información contenida en un manuscrito inédito (7). Debió  tratarse de una situación transitoria, pues hacia 1810 se emprenden nuevos trabajos de captación, que resultaron positivos, pero con detrimento del caudal de la fuente Vieja. En 1828, siguen informándonos los citados autores, para financiar los trabajos  se acordó vender un día de agua, es decir, se amplió la tanta a 19 días. Como vemos, los años de relativa prosperidad se alternan con otros de escasez. El problema se agudizó a mediados de esta centuria, dando lugar a fuertes tensiones y pleitos que, con escenarios y actores diferentes, se han venido repitiendo casi hasta nuestros días. Trataremos de seguir el curso de los acontecimientos con algún detalle.

a) El pozo del Sillero


La lectura del informe que transcribe Antonia Ordoño Muñoz -Boletín MILANO, mayo de 1978: 3/4- refleja el fuerte impacto que causó en  Alhama  la aparición tan accidentada de nuevas aguas (8). Al margen de lo anecdótico, tal informe coincide en líneas generales con los hechos que hemos podido constatar en la documentación notarial. Y así vemos que, el conocido por El Sillero, era Cristóbal Cortés López,  un modesto pero arrojado artesano, vecino del lugar.  Inició con escasos medios la  apertura del pozo en terreno propio, en el sitio nombrado Barranquillo de la Plaza Nueva. Como sabemos, siguió al efecto las indicaciones de un zahorí, procedimiento corriente en aquella época. Cuando agotó en la obra todo su dinero,  tuvo necesidad de desprenderse de la mayor parte de sus derechos en esta empresa, cediéndolos  a una nueva sociedad, constituida  en 12 de junio de 1848. Se reservó sólo una modesta novena parte; el resto  lo vendió a varios convecinos. Dos registros más,  de la misma fecha,  nos revelan que ya para entonces toda una serie de acontecimientos se habían producido. Nos referimos el pleito interpuesto por los hacendados en la fuente principal  contra los descubridores del expresado pozo, que se sustanció en el juzgado de Canjáyar y Jefatura política de Almería. Y el otro,   la escritura de transacción que firmaron para cortar los disturbios entre las dos partes litigantes. Transacción que se llevó a efecto gracias a la mediación de varios hombres buenos – don Rafael Carrillo y don Luis Covo y Mérida, de Canjáyar; don Nicolás Francisco Amat, vecino de Huécija, y don José Andrés Tortosa, de Bentarique – quienes tras diferentes consultas, redactaron las bases de los acuerdos plasmados en el citado documento público. Tras unas cláusulas de seguridad, en previsión de aumento o disminución de los caudales de aguas, siguen  varios acuerdos  condicionados a la terminación y prueba del nuevo pozo. Si todo sale favorable, sus aguas  se dividirán en 19 acciones. Cifra coincidente con el número de días de la tanda, ya que la igualdad de secuencias permitiría un mejor acople en los repartos futuros. De tales acciones, diez  para los propietarios de la fuente pública que se adhieran a la transacción y contribuyan  a los gastos ocurridos y que se ocurran en el futuro, y las nueve restantes para los propietarios del pozo. Para el seguimiento de la transacción y la dirección de los trabajos, tanto en el pozo como en la mina que se ha de abrir para dar salida a las aguas, apoderan a cinco socios. Entre ellos, a Francisco Salmerón López, médico del lugar, el padre de los conocidos y relevantes políticos. Este ilustre alhameño, como vemos,  acude también ahora en servicio del  interés público; así lo había hecho en 1824, al amanecer de aquel 15 de agosto. En aquella época, pletórico de juventud, fue cuando con otros valientes golpeó las cerradas y asfixiantes puertas de Almería,  en defensa del espíritu y la letra de la constitución de 1812.
Pero las disputas rebrotaron cuando la experiencia demostró que las extracciones  del  nuevo manantial, conocido por Fuente Nueva o Fuente de la Fe,  disminuían el caudal de la  Fuente Vieja. Otras versiones de la época niegan la influencia de una fuente sobre la otra, habida cuenta la diferencia de temperatura de sus aguas - 50º en el interior de la nueva y 32º grados en la vieja - Sea como fuere, el hecho cierto es que el caudal disminuyó, por lo que los titulares de la  fuente Vieja, haciendo uso de las cláusulas de la escritura de transacción del citado 12 de junio de 1848, consiguieron que la otra fuente quedara en su beneficio,  por vía de indemnización. Hasta la fecha no hemos encontrado la escritura que solemnizó estos compromisos, es decir, la de constitución de  la sociedad conocida por Fuente y Balsa Principal de Alhama de Almería. Esta fuente de la Fe ha dado vida al pueblo durante 120 años.

Francisco Salmerón López
Francisco Salmerón López no solo fue un liberal y médico distinguido sino que actuó como “hombre bueno” en los conflictos de las aguas. (Colección particular familia Salmerón)


b) La fuente del Olivillo

Pero si, como hemos visto, las controversias entre las dos citadas fuentes se zanjaron pronto y definitivamente, no ocurrió así con las del Olivillo. Según algunos  informes mineros, esta nueva fuente inició sus trabajos principales de captación de aguas pocos años después que la anterior. Otras  referencias los adelantan a finales de 1844. Pero poco tiempo después de los sucesivos alumbramientos  de aguas por parte del Olivillo, comenzaron las fuertes disputas entre ambas fuentes. En 8 de mayo de 1851 se celebró junta general de regantes, que presidió el alcalde de Alhama, en la que se constató la disminución de las aguas. Cuatro años después, tras el reconocimiento de peritos, se decide macizar el acueducto, abierto en terrenos del común. El tema entró así en la vía judicial y, tras la medición de las aguas en el cubo del molino, que arrojó una merma de dos tercios en el caudal, los trabajos en el Olivillo quedaron paralizados  transitoriamente - Rodríguez y Cara, 2004:31- Hubo una resistencia enérgica por parte de los del Olivillo y tal escisión en el pueblo que el tema llegó a explotarse en el campo de la política, tapando ahora y destapando luego el manantial, según las influencias para obtener ordenes contradictorias de la autoridad superior de la provincia. Las empeñadas  cuestiones administrativas entre las partes enfrentadas terminaron, al menos por algún tiempo, con  la transacción solemne alcanzada  en el gobierno civil de Almería el día 30 de agosto de 1860, cuyo exacto alcance desconocemos, pues sólo disponemos de las versiones parciales  que suministran las partes interesadas. A este  acuerdo también se refiere el alcalde del pueblo, Diego María López, en un escrito de 1877 al gobernador de Almería (9). Sin embargo, todas las versiones coinciden en afirmar que el acuerdo se produjo gracias a la intervención de un hombre conciliador, que logró avenirlos a condición de que ni unos ni otros emprendieran nuevos trabajos para aumentar el caudal de agua, sin mutuo consentimiento. Así permanecieron las cosas, en calma aparente durante algunos años.
 
c) Otros intentos  
 
En el año 1877 se prodigan nuevas tentativas en busca del preciado líquido, que dieron lugar también a los correspondientes contenciosos. Entre otras citaremos: la emprendida por Nicolás Gálvez Rodríguez, registrada bajo el sugerente título de Felicidad de los Pobres, realizada en la Solana de los Pollos.  Tras la oposición del ayuntamiento, su titular presentó renuncia en 28 de julio de ese mismo año (10). El registro minero titulado El Centinela se despertó, solicitado por Salvador Mercader Rodríguez en 26 de junio del aludido año, en el paraje de la Solana del Cerro Vilano. Produjo acaloradas discusiones entre los litigantes: de una parte, los regantes – fuente Principal y Olivillo- y de la otra, el citado Mercader (11)  Y en fin, el registro No te fíes, en la cuesta de Las Jabanas, por cuenta de Nicolás Martínez Mercader, fusionado con el titulado Constancia, de Antonio Marín Cadenas (12).
Texto al pie de la lámina o plano a color, con la ubicación de las fuentes:

Plano dibujado en 1877

Plano dibujado en 1877 y  que fue presentado por Salvador Mercader Rodríguez en la Jefatura de Minas de Almería, en un pleito sobre alumbramiento de aguas.

d) Vuelven los conflictos con el Olivillo

No obstante el acuerdo alcanzado por  la Fuente Principal y la del Olivillo en 1860, a que hemos hecho referencia, los trabajos de ampliación de galerías continuaron y, consiguientemente, siguieron también los pleitos. Así, entre 1879 y 1881, se suceden resoluciones oficiales dispares, que recrudecen los enconos. Seguramente a esta situación contribuyó también la situación de crisis política que a nivel nacional se padecía por entonces y que, naturalmente, tuvo su reflejo en la provincia de Almería.
 En 10 de febrero de 1881 el rey Alfonso XII encargó a Práxedes Mateo Sagasta la formación de nuevo gobierno, de tendencia liberal, en sustitución de los presididos por el conservador Cánovas del Castillo. Puesto en práctica ahora el derecho constitucional de libertad de prensa, una multitud de periódicos  aparecieron en escena. Del verbo fácil y atrevido de algunos se contagió  hasta la veterana  La Crónica Meridional almeriense, a la que en agosto de 1881 le fueron recogidos sus números dos días seguidos, según nos informa Ochotorena - 1997:172 - Ya el 21 de mayo este periódico daba en su sección Gacetillas noticias sobre los pleitos de aguas en Alhama, en relación con una resolución administrativa del cambiante gobierno civil de Almería. La información aparece redactada de tal forma que induce a pensar si dicha resolución fue dictada en beneficio personal y exclusivo del  abogado de la fuente del Olivillo, Juan de Mata García, de conocida filiación política carlista (13)

Caricatura de Sagasta

Caricatura de Sagasta, presidente del gobierno español cuando se contituye la Sociedad de Baños San Nicolás

El siglo XX
                                 
Como sabemos, hacia finales del siglo anterior y primera década del XX es cuando se alcanza la mayor expansión el cultivo de las parras en Alhama, con una producción próxima a los 210.000 barriles y ello porque no tenemos más agua, pues no se cuenta más que con 40 litros por segundo para regar la enorme extensión de terreno plantada. Sin embargo, la segunda década supone un decaimiento generalizado de la producción, del que no fue ajena Alhama, que redujo sus cifras a menos de la tercera parte. Sin entrar en el detalle de esta crisis, que desborda el marco de nuestro estudio, y de la que el lector interesado encontrará la adecuada información, entre otros trabajos, en Amate  Martínez - 2007: 236 y ss.- nos referimos a ella como uno más de los factores desencadenantes de la ruina que azotó a este  pueblo, cuyos recursos económicos, casi desaparecidos los mineros, procedían sustancialmente del sector agropecuario. Y, por si ello no fuese suficiente, los ciclos de sequías y consiguiente disminución de los  recursos hídricos disponibles, amen de su mal reparto, hicieron lo demás.


En el verano de 1918, en situación de extrema sequía, se llegaron a regar las parras transportando el agua en cántaros. Se intensifican entonces los trabajos en la galería de la fuente del El Olivillo, descubriendo un caudal de 12 litros/segundo. Pero lo de siempre, pocos días después el caudal de la fuente Principal que surtía al Balneario dejó de manar. Nuevo pleito frente a la sociedad de El Olivillo. La resolución del conflicto no necesitó la mano de la Ley; en ese mismo verano de 1918 el agua del Olivillo también desapareció. Parece que por estas fechas, con ocasión de estos pleitos, fue cuando se formó la Junta Pro-Defensa de la Fuente y Balsa Principal de Alhama, bajo la presidencia del alcalde del pueblo, responsable del abastecimiento público. El tema llegó al Tribunal Supremo, que sentenció se dispusiera una válvula para devolver las aguas a sus niveles. Tras esta resolución, se construyó el popularmente conocido con el apelativo de tapón, obra de hormigón de unos cinco metros de anchura. A los tres meses volvió el agua por la fuente Principal.


Así las cosas, el 14 de noviembre de 1925, los de la fuente Principal y los del Olivillo, firmaron una Concordia para aunar esfuerzos y seguir conjuntamente la búsqueda del agua. Los trabajos se siguieron durante más de dos años, sin resultado positivo. Ante ello, se restableció la situación anterior.


Pero no todos los desastres provenían de  la cuestión del agua. El cierre del mercado americano y la inestabilidad de los mercados europeos, también agudizaban la situación.  Se desata por estas fechas una etapa de convulsiones socio-políticas en el pueblo, de las que puntualmente nos informa la prensa almeriense. Y así, tras el cruce de artículos en el Diario de Almería entre Eladio Guzmán y el farmacéutico Gabriel López, algunos alhameños toman también la pluma,  y acusan. Es el caso de Cristóbal Marín Martínez, quien en fin de agosto de 1929 decía… ciertamente que nuestros abuelos nos dejaron el pueblo preparado para que fuera de oro; pero también lo es que nosotros lo estamos dejando para que no sea ni de hierro (14).

Colección particular familia Rodríguez García

El ultimátum  del pueblo en 1933

Después de llamar a las puertas del Estado para que este ejecutara obras hidráulicas, tales como  La Solana de Fondón y el Pantano del Pasillo, y vistas sus esperanzas desfraudadas, unos 450 vecinos del pueblo, reunidos en Asamblea General el día seis de octubre, elevaron al ayuntamiento el siguiente ultimátum :  Que en el plazo de 72 horas se proceda a dar salida a todas las fuentes que haya entaponadas, y que se continúen los trabajos interrumpidos en las galerías por los entaponamientos, hasta recavar las aguas necesarias para la vega de este pueblo, advirtiendo que de no hacerlo el pueblo quedará totalmente paralizado y que realizará la labor por su propia cuenta.  El alcalde, Miguel Gálvez Gil, prometió exponer el caso a la deliberación del consejo municipal. Y en efecto, cumplido el plazo sin haberse producido actuación alguna, en la tarde del día nueve siguiente, lunes, una impresionante manifestación se dirigió hasta las puertas del ayuntamiento, obligando al alcalde y concejales a celebrar sesión y presentar su dimisión. Se nombró alcalde interino a Salvador Calvache Rodríguez (15).  Tras lo cual, al grito  ¡ De aquí no sale nadie!  numerosos vecinos se situaron en los puntos estratégicos del pueblo con el fin de impedir la salida de personas que pudieran comprometer la buena marcha del movimiento…Durante el martes día diez, la huelga fue completa, autorizándose a los vecinos a hacer provisión de agua hasta las diez de la mañana. El día doce, jueves, Pedro Higueras, enviado por el gobernador  con el doble carácter de ingeniero de minas y delegado gubernativo, después de visitar las dos fuentes comentó con el periodista -… he sacado el convencimiento de que es conveniente hacer la prueba del destaponamiento de la fuente del Olivillo, y ver si los litros que se pierden salen por esta boca…- ¿…?- ... Insisto en que vale la pena destaponar; claro es que haciéndolo sin atropellar derechos de nadie y sin violencias -(16). Esa misma tarde, una vez confirmados los nuevos concejales, el Sr. Higueras se dirigió al pueblo desde el balcón del ayuntamiento, manifestando que se debía destaponar el Olivillo, pero recomendó orden y sensatez.  Alguien aplaudió, según dicen las crónicas (17). A las siete de la tarde, desconvocada la huelga que había ordenado la Unión Local de Trabajadores, abrieron sus puertas bares y cafés.


Algún tiempo después, aparecieron en la Plaza de Abajo las válvulas y los tubos de latón del Olivillo, con un rótulo que decía  Aquí yace la tiranía de un pueblo -Rodríguez y Cara, 2004:42-


En un artículo fechado el primero de diciembre de este año, el presidente del comité local de la U.G.T., I. Rodríguez,  hace un examen crítico de la sociedad lugareña de entonces, con sus oscuras venganzas y humillantes obediencias danzando alrededor de las aguas,  a juicio del sindicalista. Justifica con ello el estallido y actuación de todo un pueblo, aquella tarde del seis de octubre. Citamos algunos  párrafos, a modo de colofón:
Ciudad que no progresa es ciudad muerta. Más que muerta ha estado Alhama más de 14 años…Aquí, como en todas partes, y más significativamente en pequeños pueblos, nadie ha osado nunca contrarrestar ni disgustar al Don Fulano, aunque el tal cometiera desaciertos dentro de la administración que la mayoría de las veces ellos mismos se adjudicaban o designaban, aunque dijesen como decían que sus cargos emanaban de la expresa voluntad del pueblo. Desgraciado el pueblerino que osara indicar aun en privado que el Don Fulano no procedía bien; las más ruines represalias, los medios más rastreros, los procedimientos más criminales costaba poco trabajo acumulárselos y expulsarle del pueblo. Otros castigos imponían, tales como cargarles la mano en el repartimiento de utilidades.

Las divergencias políticas llegaron a crear entre unos pocos directivos de la fuente principal y, asimismo, otros pocos directivos de la Sociedad fuente del Olivillo, cierta cantidad de odios que nunca pudieron llegar a un acuerdo, y, si convinieron algo, no fueron capaces de llevarlo a cabo; pero sí llevaron a cabo, sí consiguieron que se entaponara la fuente Olivillo… El crimen dio su fruto, las parras se secaron en un noventa por ciento. Vista la muerte de cerca, acartonados por el hambre, con todo hipotecado o entrampado, un día… pensamos que es cobarde morir de mero espectador en el drama que se desarrolla entre la miseria y la muerte… Manos a la obra, con frenético entusiasmo y legalmente, procedimos al destaponamiento de la fuente llamada El Chorrillo… También la fuente Olivillo la hemos destaponado legalmente (18). La cita es larga, pero creo que ha merecido la pena  por el trasfondo de verdad que subyace en tan  vehementes palabras.

 

Páginas 1 - 2 - 3 - 4 - 5