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            EL ESTRÉS. "DE NECESARIO Y FUNDAMENTAL PARA NUESTRA VIDA, A SER CAUSANTE DE ENFERMEDADES" 
            Manuel Artés López, MÉDICO PSIQUIATRA. SALUD MENTAL ÁREA NORTE DE ALMERÍA. 
            Mª Delia Segura Martínez, DIPLOMADA EN ENFERMERÍA. SALUD MENTAL ÁREA NORTE DE ALMERÍA  
             
             
El estrés es una respuesta automática del organismo a  cualquier cambio ambiental, externo o interno, mediante la cual se prepara para hacer frente a  las posibles demandas que se generan como consecuencia de la nueva situación 
            Es una  reacción normal de la vida de las personas de cualquier edad. Está producido  por el instinto del organismo de protegerse de las presiones físicas,  emocionales o, en situaciones extremas, de peligro. El desencadenante del estrés (Estresor) puede ser un suceso, una  situación, una persona, un objeto, el aburrimiento, la imaginación,... etc. 
            Existe en todos los pueblos y culturas. Siempre que el  hombre actúa con otras personas y con el entorno, se genera una cierta  cantidad de estrés.  
            Un cierto grado de estrés o excitación es esencial para  nuestra salud y rendimiento. Sin el impulso que proporciona el estrés, no somos  capaces de conseguir nada, la total ausencia de estrés equivale  fisiológicamente a la muerte.  
            Hoy vivimos la era del cambio.  
            El siglo XX se denominó a veces el siglo del estrés y  exigió una adaptación sin precedentes tanto de jóvenes como de mayores.  
           
        EL PROBLEMA DEL  ESTRÉS  
            Lo que en situaciones apropiadas  puede salvarnos la vida, puede convierte en un enemigo mortal cuando se  extiende en el tiempo. Para muchos, las condiciones de hacinamiento, las  presiones económicas, la sobrecarga de trabajo, el ambiente competitivo, etc., son circunstancias que se perciben inconscientemente como  amenazas. Esto nos lleva a reaccionar a la defensiva. El organismo reacciona  ante estas situaciones con un   procesamiento más rápido y potente de la información  disponible, posibilitando la  mejor  búsqueda de soluciones y seleccionando  conductas adecuadas para hacer frente a las demandas de dicha situación. El  organismo se prepara para actuar de forma  más rápida y vigorosa. Se conectan gran cantidad de mecanismos (aumenta el  nivel de activación fisiológica, cognitiva y conductual), lo que supone un  desgaste importante para el organismo. La mayoría de personas en situaciones de  peligro desarrollan fuerzas  insospechadas, saltan grandes obstáculos o realizan maniobras prodigiosas.  Si el estrés es episódico no hay problemas,  pues el organismo tiene capacidad para recuperarse. Si se repite con excesiva  frecuencia, intensidad o duración, puede producir la aparición de trastornos  psicofisiológicos. 
                      CAUSAS: 
            Cualquier suceso que genere una  respuesta emocional: tanto situaciones positivas (el nacimiento de un hijo, matrimonio)  como negativas (pérdida del empleo, muerte de un familiar).  
            Puede surgir en situaciones  normales, como esperar demasiado en una cola. Estas situaciones que provocan  estrés en unas personas pueden ser insignificantes para otras. 
            El estrés es causado por el  instinto del cuerpo de protegerse a sí mismo. Este instinto es bueno en  emergencias, (si vamos por la carretera y un coche viene adelantando, en  décimas de segundo decidimos si nos salimos de la carretera o tenemos espacio  suficiente para cruzarnos los tres coches). Es él que nos hace plantearnos y  conseguir los retos en nuestra vida diaria (cambiar de trabajo, empezar a salir  con la pareja, hacer un examen…). Pero éste puede causar síntomas físicos  cuando las situaciones son imaginarias (nuestra mente puede pensar que le va a ocurrir  algo a un ser querido: hijo, pareja, familiar, amigo…, la mente lo vive como  real, pero en realidad estamos acostados o sentados en el sofá y nuestro ser  querido lo esta pasando bien). El cuerpo genera gran cantidad de energía que  nos prepara para una situación que no existe en la realidad y como no podemos  actuar, se trasforma esta energía en sentimientos de intranquilidad, temor, preocupación,  llanto, opresión en el pecho, nauseas, insomnio…. 
                                  SIGNOS Y SÍNTOMAS 
          Los síntomas más comunes son:  
          
            
              TRISTEZA  | 
              ANSIEDAD  | 
              PALPITACIONES  | 
             
            
              OPRESIÓN EN EL PECHO   | 
              INSOMNIO  | 
              INDIGESTIÓN  | 
             
            
              SARPULLIDOS   | 
              DISFUNCIÓN SEXUAL   | 
              DOLORES DE CABEZA   | 
             
            
              NERVIOSISMO  | 
              BOCA SECA   | 
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          COMO RESPONDE NUESTRO  CUERPO 
              El estrés  es la respuesta del organismo ante una situación de peligro. En la que, el  organismo se prepara para combatir o huir mediante la secreción de sustancias  como la adrenalina (producida principalmente en las glándulas  "suprarrenales" o "adrenales", llamadas así por estar  ubicadas adyacentes al extremo superior de los riñones). La adrenalina se  distribuye por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares y órganos, que  responden preparándose para la acción:  
          
            
              
                - El       corazón late más fuerte y rápido.
 
                - Las       pequeñas arterias que irrigan la piel y los órganos menos importantes para la acción (riñones, intestinos), se       contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para que       llegue mas sangre al cerebroy los órganos importantes en la acción (corazón, pulmones, músculos..). 
 
                - La       mente aumenta el estado de alerta.
 
                - Los       sentidos se agudiza
 
               
             
          ¿Cuál es la diferencia  entre sentirse estresado y tener un trastorno de ansiedad? 
              El estrés  puede provenir de cualquier situación o pensamiento que nos haga sentir  frustrado, furioso, nervioso o incluso ansioso y como hemos dicho antes lo que  es estresante para una persona no necesariamente es estresante para otra. 
              La ansiedad  es un sentimiento de aprehensión o miedo, cuya causa no siempre se conoce o se  reconoce y va a generar un continuo sufrimiento.  
                      CONSEJOS  Y RECOMENDACIONES PARA EVITAR EL ESTRÉS 
              Dormir de 7 - 8 horas para un buen funcionamiento de nuestro organismo durante el día.  No acostarse tarde. Realizar actividades  relajantes antes de ir a dormir (leer, escuchar música tranquila...). Levantarnos  con el tiempo suficiente para acudir al trabajo puntualmente. Si notamos que  las horas de sueño son escasas, procuraremos dormir una siesta no superior a 15  minutos. 
              Evitar excitantes:  No consumir drogas. Evitar el consumo de café,  té, tabaco y alcohol. 
              Buscar ambientes  agradables: Debemos huir de los ambientes  estresantes. Procuraremos un entorno lo mas  relajante posible, sobre todo en el trabajo. 
              Organización: Planificaremos  las actividades con antelación, dejando algunos huecos para imprevistos. Así  ahorramos preocupaciones, sobresaltos y olvidos. 
              Priorizar: No  intentaremos abarcarlo todos. El día solo tiene 24 horas. Seleccionaremos las  actividades más importantes, aprendiendo a delegar en los demás.  
              Solucionar los  problemas: Afrontándolos, no escondiéndolos. Cuando vemos que somos capaces  de solucionarlos nos sentimos mucho mejor. 
              Tomar decisiones:  Las tomaremos siguiendo un proceso lógico:  
              Plantear el  problema, buscar posibles soluciones, analizaremos cada una de ellas y elegiremos  las mejores.  
              No existe  la solución perfecta. 
              Una vez  decidido, no volver a dudar; esto crea más estrés. 
  No ser catastrofista: El estrés que nos produce una situación,  va a depender de las situaciones que hemos  previsto.  
  No complicarnos más  la vida: En épocas de tempestades no añadir nuevas dificultades a la vida.  (Ahora no es momento de dejar de fumar, ni de cambiar de casa, ni de trabajo…)  En épocas de calma se deciden las cosas importantes. 
  Hacer ejercicio:  Practicar algún deporte de forma moderada y regularmente. Evitar las  actividades físicas extenuantes. Andar 30 minutos al día puede ser suficiente;  ayuda a relajarnos. 
  Cuidar la  alimentación: Comer sano; aficionarse a la dieta mediterránea (No debe  faltar el aceite de oliva, cereales, pescado, ave, verduras, legumbres y  frutas. Evita las comidas copiosas con exceso de azúcarrefinada, grasas, frituras o huevos). Aprovechar el momento de la comida para  desconectar y olvidarse de las preocupaciones. 
  Practicar el “ocio”: Dedicar  los fines de semana y las vacaciones a descansar y cultivar aficiones. Dejar el  trabajo en la oficina. 
  Fomentar las  relaciones sociales: Cuidaremos a las personas más próximas a nuestro  entorno y dejaremos que nos cuiden. 
              No es  momento de sacar a flote problemas del pasado 
              Evita los  conflictos y las confrontaciones. 
  Minimizar el problema:  Nadie está libre de problemas emocionales. No podemos dejar que el estrés  domine nuestra existencia (no vayas delante de las cosas). Ni estamos enfermos,  ni vamos a volvernos locos. Dentro de poco lo controlaremos perfectamente. 
  Olvidarse del ¿Qué  dirán?: Actuaremos con naturalidad. No preocuparnos por lo que los demás  puedan pensar de nosotros o de nuestros problemas. Nunca lo vamos a saber. 
  Aprender a decir “NO”:  Simpatizaremos y diremos algo amable a nuestro interlocutor, pero si le tenemos  que decir no hay que hacerlo  directamente y sin justificaciones. Si queremos ayudarle, lo haremos de una forma  que sea  aceptable para nosotros. 
  Dejarse ayudar: Hay  mucha gente dispuesta a echarnos una mano (amigos, familiares, médicos…).  Aprenderemos a llamarlos y pedirles ayuda. 
  Superar los miedos:  Haremos una lista con las cosas que nos producen temor y las iremos afrontando,  empezando por la de menos miedo. No podemos dejar que un miedo irracional nos  limite o nos cree dificultades. 
  Premiarnos: Reconocer  nuestros avances, felicitarnos por los progresos y premiarnos cuando consigamos  ciertos objetivos. Nunca debemos menospreciar   nuestros logros por pequeños que sean. 
  Aprender a relajarnos:  Informándonos de las técnicas de relajación. Practicando diariamente técnicas  de respiración diafragmática, relajación muscular…  
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