EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 22 | ECONOMÍA |
LOS PARRALES: UNA CONTRIBUCIÓN A LA SOSTENIBILIDAD Y DIVERSIDAD AGRÍCOLA DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA.
Para comprender la situación pasada, presente o futura de un sector es preciso hacer un análisis global. El esplendor y posteriores crisis del cultivo de la uva Ohanes en nuestra provincia no se entiende sin un análisis socioeconómico a escala mundial. El análisis del contexto socioeconómico en que se gestó la próspera uva de embarque forma parte del libro La uva de Almería. Dos siglos de cultivo e historia de la variedad Ohanes, recientemente publicado por la Fundación Cajamar. En su redacción han participado investigadores de la Fundación Cajamar y de la Universidad de Almería. En este libro también se abordan diferentes temas relativos a la agronomía propia del cultivo: el injerto, la poda, la construcción del parral, el engarpe, el riego, el abonado, la faena, etc. Algunos de ellos resaltan por mostrar la singularidad de este cultivo respecto a otras zonas productoras del país y porque ilustran el grado de tecnificación y especialización que requería en contraste con la agricultura de la época. Con este libro se ha querido además rendir homenaje al pasado de este sector. Situación mundial del sector de la uva de mesa En la actualidad, la superficie dedicada al cultivo de uva de mesa a escala mundial es de 398.000 hectáreas con una producción cercana a los 18 millones de toneladas anuales. China, con sus 3,4 millones de toneladas, casi el 20% de la producción mundial es el principal productor. A pesar de esto, su producción no aparece en las rutas comerciales puesto que la práctica totalidad de la uva se destina a consumo interno. Similares circunstancias presentan países como Irán, India, y Brasil, grandes productores de uva de mesa, pero con un mercado totalmente interiorizado, sin importaciones ni exportaciones significativas.
Las exportaciones están lideradas por Chile, Italia y EEUU y superan los 3,1 millones de toneladas anuales. España ocupa el sexto lugar en este ranking mundial de países exportadores.
En el contexto europeo, hasta no hace mucho, Italia se erigía como nuestro principal competidor. Su sector, basado fundamentalmente en el cultivo de variedades con semilla y con un calendario de producción solapado al nuestro, suponía una gran amenaza para la exportación de la uva española. En la actualidad, se suman como recientes e importantes competidores Marruecos, Egipto e Israel, países con un sector uvero en expansión que está apostando por la producción de uvas apirenas. Esta nueva situación hace que el sector español de uva de mesa presente como única ventaja competitiva el ser país miembro de la U.E, por lo que no está sujeto a los aranceles que sí tienen estos países. Sin embargo, esto representa una ventaja muy efímera, pues hay que tener en cuenta que estos países producen uva a muy bajos costes de mano de obra, por lo que a pesar de los aranceles, se puede dar la circunstancia de que los precios de entrada al mercado europeo de esta uva estén por debajo de los costes de producción españoles. Para poder hacer frente a esta fuerte competencia es necesario que el sector español reaccione con el cultivo de variedades apirenas en un calendario de producción complementario al de estos países, o bien buscando valor añadido a la producción mediante una apuesta decidida por la calidad. Esta mayor calidad hay que entenderla en términos de menor uso de fitosanitarios, racimos de bayas gruesas, crujientes, de buen sabor, menos sensibles a enfermedades, etc. La uva de mesa en España La producción de uva de mesa está concentrada en el Levante y en el Sur peninsular. La Comunidad Valenciana aglutina en la comarca del Vinalopó el 50% de la superficie nacional dedicada a este cultivo. Su orientación tiene un marcado carácter tradicional basando su producción en la variedad con semillas ‘Aledo’. Murcia, con un 25% de la superficie nacional cultivada de uva, presenta un sector más moderno e innovador. La introducción de variedades apirenas, el uso de cubiertas plásticas y/o malla, etc. han incidido de forma positiva en su nivel de competitividad. En Andalucía destaca la zona centro occidental en cuanto a superficie, aunque es la provincia de Almería la de mayor producción. Almería llegó a destacar como la productora nacional por excelencia de uva fresca, a consecuencia de las singulares características de la variedad Ohanes, si bien la superficie provincial dedicada a este cultivo ha ido en franco retroceso.
La uva de mesa en Almería. Perspectivas de futuro. La recuperación de este sector puede contribuir a la diversificación del actual panorama agrícola de la provincia, muy orientado a la producción hortícola intensiva, y también al mantenimiento del paisaje, de gran importancia en las comarcas rurales tradicionalmente productoras. Éstas, hoy en día, tienen un renovado interés turístico y un alto porcentaje de superficie en baldío, por lo que es preciso apostar por la revalorización del terreno con una producción ancestral compatible, además, con la preservación de los recursos naturales y los valores paisajísticos.
En relación con la renovación varietal, el nuevo horizonte viene marcado indiscutiblemente por las variedades apirenas, poco conocidas en el mercado nacional pero ampliamente demandadas por el mercado internacional. Estas variedades no solo tienen gran aceptación en el mercado sino que además conducen a una diversificación de la oferta varietal y a una ampliación del calendario de producción. En la actualidad tan solo un reducido número de estas variedades están teniendo aceptación entre los productores, precisamente aquellas que no requieren ningún manejo especial, aunque presenten problemas productivos más importantes. En este sentido se ha descartado el cultivo de variedades de amplia difusión mundial, sobre todo del hemisferio sur, que se producen en grandes plantaciones altamente tecnificadas y que se exportan en grandes cantidades.
La innovación en las técnicas de manejo juegan también un papel fundamental para rentabilizar el cultivo de la uva de mesa. Es necesario optimizar al máximo el potencial productivo y la calidad de las variedades de que se disponen en la actualidad. Para ello, desde la Estación Experimental de la Fundación Cajamar llevamos a cabo varios proyectos en este ámbito, en colaboración con la Universidad de Almería. Uno de ellos consiste en la evaluación agronómica de una colección de variedades apirenas y la puesta a punto de las técnicas específicas de cultivo para cada una de ellas. Otro proyecto en marcha del que se tienen resultados muy prometedores es el cultivo bajo plástico de uva de mesa. Esta técnica tiene como objetivo fundamental conseguir mayor rentabilidad del cultivo mediante la producción de uva fuera de temporada. El cultivo bajo plástico proporciona un adelanto significativo de la recolección de variedades tempranas, lo que permite entrar en el hueco de mercado de mayo-junio, en el que se consiguen los precios más altos como consecuencia de la escasez de oferta.
Todas estas iniciativas puestas en marcha por distintos organismos en los últimos años nos permiten ver el futuro con optimismo. La recuperación del cultivo como actividad productiva se debería vislumbrar como algo más que una remota posibilidad. Conceptos como diversidad y sostenibilidad, de rabiosa actualidad, cobran también sentido en este cultivo, que ha estado vinculado a la provincia a lo largo de casi dos siglos.
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