EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 4 | ECONOMÍA |
Las uvas: un alimento protector frente al cáncer
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PORFIRIO MARIN MARTINEZ![]() Doctor en Medicina y Cirugía Recientemente se ha hecho |
Ya se había
relacionado al consumo del vino, por poseer esa misma sustancia, el resveratrol,
como bebida "cardiosaludable". A ello hay que añadir ahora que esta
sustancia, aislada también en otras setenta y dos plantas diferentes -de las
que algunas forman parte de nuestra dieta, como los cacahuetes o las moras-,
se encuentra en concentraciones elevadas en la piel de las uvas.
La investigación
ha sido llevada a cabo con cultivos celulares y en ratones con cáncer de piel.
Los resultados revelaron que la actividad biológica demostrada por el compuesto
permite pensar en su posible utilización para el desarrollo de drogas quimioterapéuticas
contra tumores humanos. Los investigadores han señalado que el resveratrol,
molécula antioxidante, inhibió eficazmente los acontecimientos celulares asociados
con las principales fases de la carcinogénesis, incluido el inicio del tumor
y su progresión. Además, los experimentos con estos modelos revelaron que esta
molécula natural no producía signos aparentes de toxicidad.
Aunque todavía
no han podido averiguar la función desempeñada por el resveratrol en
las plantas, estos científicos sospechan que podría tratarse de uno de los compuestos
que son producidos como defensa ante el ataque de microorganismos patógenos
y las condiciones medioambientales extremas. Así, la presencia en concentraciones
elevadas de resveratrol en la piel de las uvas podría obedecer a la expresión
de la respuesta defensiva ante infecciones originadas por hongos.
Los investigadores
han precisado que en cada gramo de piel de la uva fresca hay un contenido entre
50 y 100 microgramos de resveratrol, mientras que la concentración en
el vino tinto es del orden de 1,5 miligramos por litro. También se ha detectado
una cantidad apreciable de esta molécula en los vinos blancos y rosados.
Por otro lado,
los resultados de varios estudios epidemiológicos han sugerido que la mortalidad
por las enfermedades coronarias del corazón pueden ser reducida con el consumo
moderado de alcohol, especialmente de vino tinto. Es concebible que el resveratrol
juega un papel en la prevención de las enfermedades del corazón porque se ha
demostrado que inhibe la agregación plaquetaria y la coagulación, además de
modular el metabolismo de las lipoproteinas.
A raíz estos
resultados, los responsables de la investigación estiman que el resveratrol
merece futuras investigaciones como un agente quimiopreventivo anticanceroso
en humanos. Sin embargo, a la luz del conocido efecto adverso del consumo de
alcohol a largo plazo, el consumo de uvas de mesa y de bebidas no alcohólicas
derivadas de éstas podrían considerarse como alimentos alternativos cardiosaludables
dentro de la dieta.
Esta investigación
viene a corroborar lo que se está afirmando en los últimos años en cuanto a
los efectos saludables que se le ha atribuido a la dieta mediterránea, concepto
al que ha estado profundamente ligada la dieta española, que está íntimamente
unida a la cultura y a las fuentes de alimentos. Así, podemos mencionar algunos
componentes de esta dieta: el pan, derivado del tradicional cultivo del trigo,
el aceite de oliva, algunas legumbres, la variedad de verduras y hortalizas,
la uva y el vino, el pescado y los alimentos derivados de cierto tipo de ganadería,
básicamente ovina por la influencia del mundo árabe.
También se
confirma lo que se ha ido comprobando en los últimos años, que más del 35% de
los cánceres podrían ser evitados mediante la modificación de la dieta. Así,
como recomendaciones generales para prevenir el cáncer habría que considerar
lo siguiente: aumentar el consumo de alimentos ricos en fibras, disminuir el
consumo de grasas animales y carnes rojas, aumentar el consumo de verduras y
frutas frescas, seguir métodos de cocción correctos (evitar freír los alimentos
a altas temperaturas y no reutilizar el aceite excesivamente) y evitar la obesidad.
Finalmente, entre otras medidas cabría añadir evitar alimentos fuertemente condimentados,
evitar comidas o bebidas muy calientes, establecer un ritmo de alimentación
adecuado, vigilar la higiene buco-dental y evitar el alcoholismo y el tabaquismo.