EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 4 | ECONOMÍA |
La tormenta del sábado 27 de
septiembre:
Una aproximación meteorológica
JOSE ANTONIO GAZQUEZ HERNANDEZ
AURELIO M. MUÑOZ ARTES
Geógrafos
El pasado Sábado día 27 de Septiembre, entre las 4.30 y las 8.30h de la tarde, cayó una espectacular tromba de agua en Alhama como no recordaban ni los más viejos del lugar. La tormenta, acompañada de un fuerte aparato eléctrico, descargó, en este breve lapsus de tiempo, un total de 210 l/m2.
En este artículo
vamos a tratar de poner de manifiesto las causas originarias de esta atípica
tormenta a partir del análisis meteorológico de los mapas sinópticos (superficie
y altura), tanto de los días precedentes como del Sábado 27 S, para ver cual
fue la evolución de la atmósfera hasta llegar a esta situación extrema. Pero
antes de introducirnos en el análisis meteorológico propiamente dicho haremos
un breve recorrido por el "Clima de Alhama", centrándonos sobre todo
en la evolución de la tendencia pluviométrica de Alhama de Almería en los últimos
40 años para que desde esta perspectiva podamos valorar la verdadera dimensión
de esta tormenta.
Caracteres generales del régimen de precipitación.
Climatológicamente
hablando, la provincia de Almería se encuentra dentro del dominio del mediterráneo
(semiárido) caracterizado por la correspondencia de los meses de temperaturas
máximas con los de mínimas precipitaciones. Estas son el elemento climático
más significativo debido a la irregularidad y torrencialidad con que se producen.
Alhama de
Almería, como es obvio, también participa de los grandes rasgos climáticos que
caracterizan al clima mediterráneo. El régimen de precipitaciones, con una media
anual de 253,2 mm, está por debajo de las que les corresponden por su altitud,
debido al muro del föhen que supone su situación a sotavento de Sierra Nevada.
Si observamos
el Gráfico 1 vemos como
desde la década de los 60 se ha producido un
descenso paulatino de las precipitaciones, de manera que si en esta década la
precipitación media ascendía a 281.41/m2, en los 70 era ya sólo de
250.11/m2 y en los 80 de 228.11/m2. Esta tendencia ha
cambiado en los últimos 7 años (década de los 90), en los que se ha registrado
una media pluviométrica de 258.4 l/m2, lo que no deja de ser paradójico
y a que ha aumentado, pese a encontrarnos situados en una zona semiárida, mientras
que en el resto del país estos años han sido especialmente secos.
GRÁFICO 1
Evolución de la precipitación en
Alhama de Almería (por décadas)
Si descendemos
un escalón en el nivel de análisis y examinamos los valores a escala anual,
observamos como también aparece representada en el gráfico 2 la evolución
descendente anteriormente aludida, aunque ahora, debido al mayor nivel de detalle,
podemos distinguir los máximos (crestas) y los mínimos (valles) de precipitación
producidos en este periodo. Entre ellos sobresalen el año 1989 como un año especialmente
húmedo, ya que la precipitación total anual alcanzó los 620 l/m2,
lo que supone más del doble de la que se registra en un año normal; y el año
1981 por las exiguas precipitaciones puesto que en este año sólo se recogieron
149.7 l/m2. El año 1991 representa el punto de inflexión de la reciente
tendencia ascendente de los años 90.
GRÁFICO 2
Evolución de las
precipitaciones anuales en Alhama de Almería (1961-1996)
Esto nos sirve
para comprender la dimensión real del aguacero ya que si comparamos los 210
l/m2 caídos la tarde del Sábado 27 S con los datos de precipitaciones
anuales observamos como éste supera las precipitaciones de muchos años pluviométricos.
(Por ej.: a todos los de los años 80 excepto 1982 y 1989).
En cuanto
a la distribución estacional, tal y como se aprecia en el gráfico 3,
las mayores precipitaciones corresponden al Otoño, siendo los meses de Octubre
y Noviembre los que presentan los valores más altos. Al final del Invierno se
produce un ligero descenso y de nuevo aumenta durante los meses de la Primavera,
para disminuir de forma progresiva durante los meses de Verano, en los cuales
no parece existir ninguna relación espacial o temporal de las lluvias, éstas
últimas son en su mayoría tormentas de origen convectivo, que se producen excepcionalmente
y en situaciones de levante. En Otoño se inicia un nuevo período húmedo, con
unos valores ya significativos en el mes de Octubre.
GRÁFICO 3
A la escasez
de precipitaciones hay que añadir el escaso número de días durante los cuales
se producen. La media de días de lluvia para el período estudiado son 50 días
anuales, lo cual supone una media mensual de 4 días de lluvia, la mayor parte
de los cuales no tienen una importancia significativa en el volumen total, ya
que predominan los días que sólo aportan entre 0.1 y 1 l/m 2 y son
escasos los que superan los 101/m2. Por otro lado, hay que tener
en cuenta que los promedios de precipitación diaria no son reales ya que enmascaran
el hecho de ser cifras alcanzadas no en un día, sino, en la mayor parte de los
casos, en pocas horas o minutos, tal como sucedió la tarde del Sábado 27 S.
A este nivel
de análisis es importante destacar que en las cuatro últimas décadas sólo hay
tres tormentas que merezcan destacarse por su dimensión: la 1ª en Octubre de
1966 en la que se registraron 114 l/m2; la 2ª en Noviembre de 1985,
con 61 l/m2; y la 3ª en Octubre de 1989, con 54 l/m2.
Estos valores vienen a ratificar de nuevo la magnitud de la tormenta objeto
de estudio, ya que supera en más de 90 l/m2 a la primera tormenta
en importancia de los últimos 37 años, y cuadruplica los valores de las dos
siguientes.
El último
matiz a resaltar acerca de los caracteres generales del régimen de precipitación
en Alhama de Almería, antes de pasar al análisis meteorológico, es la correspondencia
existente entre los meses más lluviosos y aquellos en los que se han registrado
los aguaceros más intensos (Octubre y Noviembre), lo cual alude al carácter
torrencial de las precipitaciones en Alhama, puesto que, como antes veíamos,
predomina el hecho de que en pocos días y horas se produzca el grueso total
de las precipitaciones anuales.
Análisis de la evolución meteorológica entre los días 25 y 29 de Septiembre de 1997.
Vamos a comenzar
examinando el intervalo que abarca los días anteriores y posteriores a la borrasca,
para ver la evolución sufrida por la atmósfera desde su gestación hasta su disolución.
El Jueves,
día 25, tras un período dominado por la influencia de las altas presiones, éstas
se retiraron hacia el Atlántico Norte y comenzó a destacarse una débil borrasca
por el golfo de Cádiz provocando ya inestabilidad variable, sobre todo en la
zona occidental de Andalucía.
El Viernes,
día 26, el centro de la borrasca se desplazó hacia el Norte, situándose sobre
Portugal, lo cual supuso que extendiese su acción prácticamente a toda la península.
Esto provocó lluvias frecuentes, aunque éstas tuvieron un carácter moderado
debido a la debilidad del centro de bajas presiones que hemos mencionado (1012/1016
Mb). Almería se mantuvo con una situación inestable, con vientos girando desde
Levante a Sur/Sureste-Suroeste.
Consecuencias de las últimas lluvias torrenciales en un parral
El Sábado,
día 27, la situación atmosférica evolucionó hacia un acentuamiento de la borrasca,
cuyo centro se desplazó hacia el norte de Africa, configurando una situación
de Levante que abarcó por completo a la provincia almeriense. Las bajas presiones
alcanzaron valores en las isobaras de 1008 Mb en el caso de Almería. Esta situación,
unida a la influencia del Mar Mediterráneo sobre las masas de aire que nos afectaban
y a la existencia en altura de condiciones de embolsamiento de aire frío, propició
que se produjesen fuertes tormentas con gran aparato eléctrico y con lluvias
generalizadas que, de forma local, como en el caso de Alhama, se tradujeron
en fuertes aguaceros.
El Domingo,
día 28, al desaparecer la situación de levante en Almería, remitió la intensidad
de la borrasca cuyo centro se situó entonces sobre la comunidad murciana, aunque
la persistencia de inestabilidad en la atmósfera provocó que aún se registrasen
precipitaciones de cierta intensidad en nuestra provincia.
El Lunes,
día 29, la borrasca continuaba sobre la mitad meridional de la península aunque
ahora ya con claros síntomas de retirada por el avance de las altas presiones
(doble anticiclón centroeuropeo y de las Azores) que afectaron a España en las
siguientes jornadas. No obstante, no desaparecieron las lluvias, siendo éstas
en ocasiones, y de forma local, de moderadas a fuertes.
¿Qué sucedió ese día?: Las condiciones locales que dieron lugar a la tromba de agua en Alhama.
Para entender
lo que ocurrió la tarde del Sábado 27 S en Alhama tenemos que remontarnos a
lo indicado en la situación meteorológica de ese día. La borrasca, en su momento
más álgido, se situó sobre el Norte de Africa, enviando hacia nuestra provincia
masas de aire recalentadas procedentes del continente vecino que se cargaron
de humedad en su corto trayecto por el Mar Mediterráneo. Debido a la situación
de levante, estas masas de aire afectaron de pleno a nuestra provincia, y dadas
sus características de inestabilidad y las condiciones favorables del aire en
altura con temperaturas anormalmente frías, propiciaron el desarrollo de tormentas
generalizadas de tipo convectivo. En éstas, las masas de aire, al verse obligadas
a ascender a causa de la accidentada orografía almeriense, se dispararon, dando
lugar a grandes formaciones de cúmulo-nimbos muy inestables, que fueron los
que produjeron la intensa lluvia y el abundante aparato eléctrico, lo cual,
además, se vio favorecido por la ausencia de vientos a consecuencia de un gradiente
de presión en superficie escaso.
Pero, ¿por
qué la especial incidencia en Alhama de Almería? Las causas hay que buscarlas
en la ubicación de este municipio al inicio del valle medio del Andarax en las
estribaciones de la Sierra de Gádor y en su exposición frontal a las influencias
de levante (a barlovento de las borrascas que vienen en esta dirección), al
igual que sucede en los otros puntos de la provincia donde se produjeron precipitaciones
muy intensas (Lubrín con 150 l/m2 y Vélez-Rubio con 100 l/m2),
todos se hallan en las laderas de sierras con una clara exposición al Este y
a una altitud considerable lo que provoca, en estos casos, la multiplicación
del efecto de los fenómenos convectivos por ascenso orográfico y, por ende,
una mayor virulencia en las precipitaciones.
Los Riesgos Naturales: Consecuencias de la tromba de agua en el municipio de Alhama de Almería y su Comarca.
Las consecuencias
de las fuertes lluvias del 27 de Septiembre, afortunadamente, han de evaluarse
únicamente en términos económicos y no de daños o pérdidas humanas. Aún así,
los daños materiales han sido cuantiosos y, aunque aún no se han determinado
con exactitud, se puede adelantar una cifra estimativa, tal y como lo hacen
los periódicos de la provincia, de 500 millones de pesetas en pérdidas. Los
más significativos han sido los ocasionados en la agricultura, donde se estima
que se ha perdido el 40% de la vega (sobre todo en cultivos de protección) lo
que exige la rápida intervención de las distintas administraciones a favor de
las familias damnificadas. Otros daños de consideración, pero de más rápida
reconstrucción, son los destrozos ocasionados en bienes municipales, tales como
conducciones de agua y carreteras, sobre todo locales.
Pero no sólo
Alhama ha sufrido los efectos de la tormenta. Otros pueblos de la zona como
Alhabia, Gádor, Santa Fe, Alboloduy, Santa Cruz... y del resto de la provincia,
han sufrido también numerosos daños en el sector agrícola y en las infraestructuras
municipales, especialmente en carreteras y abastecimientos de agua potable.
Si bien hablamos
de una situación física anormal como fueron las lluvias de finales de Septiembre,
hemos de recordar que estos hechos catastróficos no son excepcionales, no desde
luego si nos movemos a escala provincial o regional. Septiembre y principios
de Octubre son los "meses de las tormentas", por saber popular, y
con frecuencia se producen episodios de precipitaciones muy intensas y de carácter
devastador en nuestra provincia. Unos años son más graves que otros: 1973, 1977,
1989... Al ser tormentas de carácter local (es impredecible señalar dónde y
de qué forma va a descargar sus efectos una gota fría) se cumple el viejo dicho
anteriormente aludido de "esto no lo recuerdan ni los más viejos del lugar".
Así sucedió en Alhama, pero no es menos cierto que es posible que un suceso
de esta magnitud no lo conozcan de nuevo "los más jóvenes del lugar".
Esto es debido a que el período de recurrencia de una gota fría como ésta se
estima a muy largo plazo (más de 50 años), aunque es arriesgado hacer esta previsión
porque si algo caracteriza a estas tormentas es la irregularidad, tanto espacial
como temporal, con que se producen.
Por último
se hace necesario hacer una breve reflexión acerca de la componente humana que
se integra en los llamados "Riesgos Naturales". El riesgo existe cuando
hay una población que es afectada negativamente por un hecho natural extremo
y azaroso inundación, sequía, terremoto, helada. En la actualidad parece
evidenciarse un ligero aumento de estos sucesos catastróficos, pero las repercusiones
sobre la población son mucho mayores. Las causas hemos de buscarlas en una mayor
ocupación del suelo, en la explotación de zonas marginales antes abandonadas
y en la mala planificación urbana y territorial que a menudo se practica. No
cuidar y mantener los antiguos cauces de ríos y ramblas, la edificación en llanos
de inundación hoy secos, la sobreexplotación de los recursos naturales y el
vertido incontrolado de residuos, son algunas de las causas que provocan que,
por ejemplo, una tormenta como ésta tenga un impacto negativo, sobre los núcleos
de población y las zonas de explotación agrícola a los que afecta, mucho mayor
del esperado.