EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 3 | ECONOMIA |
Algunas reflexiones sobre el Cultivo bajo Invernadero como alternativa al Parral
JOSE GUILLERMO GONGORA MOTA
Agente de Empleo y desarrollo local del Consorcio de
Municipios del Medio Andarax y Bajo Nacimiento
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Tras
una visita por los distintos parajes podemos apreciar que más de la mitad de
la superficie arrancada ha quedado en baldío, entrando en proceso de desertificación,
mientras que en le resto, y ante la falta de propuestas y recomendaciones alternativas,
se están plantando agrios, olivos y cultivos hortícolas bajo plástico. Agrios
y olivos, aunque introducen nuevas variedades, tienen una presencia histórica
en la zona, pero la plasticultura es ahora cuando comienza a introdu
1000
cirse por
primera vez.
En
la actualidad, la superficie ocupada por esta nueva modalidad de cultivo no
superará aún las 7 Has. pero existen expectativas de un crecimiento más importante.
Así, en una encuesta realizada en 1.994 por la Fundación para la Investigación
Agraria en la Provincia de Almería (FIAPA), la población joven parece haber
colocado la actividad agraria como un importante recurso productivo local siempre
y cuando se proceda al cambio de cultivos. La opción de cambio mayoritaria es
a favor de las hortalizas y siempre que sea posible muestran su deseo de producir
en invernadero.
![]() 1.- El nivel de rentas generado por los campos de cultivo del Poniente.
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2.- La estructura de la propiedad y el régimen de tenencia.
La
reducida dimensión media de la explotación en regadío, que apenas llega a la
hectárea (0,97 Has), significa que la misma es abarcable por el agricultor,
por lo que la explotación directa vendrá a constituirse en una característica
de la misma (96,4%). Bajo este supuesto de la proximidad del propietario a su
tierra, la facilidad para acometer cualquier tipo de transformación lógica y
rentable es mucho mayor que si el dueño de la tierra estuviese ajeno a ella.
3.- El agua de riego.
En
una provincia árida como es Almería disponer de un volumen de agua suficiente
y de calidad es un factor de gran importancia. La disponibilidad actual de agua
en el municipio de Alhama de Almería es de 6,20 Hm3/año, con un comportamiento
homogéneo a lo largo de las diferentes estaciones. Por su bajo contenido en
sales, inferior al 0,85 ds/m, las aguas pueden considerarse de buena calidad
para el riego.
4.- Las infraestructuras de riego.
La
importante labor desarrollada desde el Excmo. Ayuntamiento de Alhama de Almería
que está acometiendo, desde hace varias campañas con ayuda del PER y de los
interesados, la instalación de una red de conducción de agua que garantiza la
universalización en la zona del riego por goteo y la aplicación racional de
las aguas, evitando que los agricultores tengan que hacer frente a los gastos
derivados de la construcción de balsas y estanques e implantando una política
de gestión de aguas coherente y responsable.
Sin embargo, también existen una serie de factores que obstaculizan y frenan la implantación y desarrollo de la plasticultura en el municipio. Entre est 1000 os podemos destacar los siguientes:
1.- La necesidad de acometer una elevada inversión económica.
El
precio de la hectárea de invernadero llega a alcanzar precios prohibitivos (1.000-1.500
ptas./m) para una Comarca donde los sucesivos contratiempos de las últimas campañas
han castigado excesivamente la economía del agricultor. En este sentido debemos
dejar constancia del importante papel que en nuestro municipio ha tenido el
R.D. 1.887/91. Este Real Decreto, que tiene por objeto auxiliar mediante líneas
de ayudas de Acción Común y Autonómicas la realización de inversiones que contribuyan
a mejorar las estructuras productivas de las explotaciones, ha posibilitado
el acceso a subvenciones a fondo perdido y a préstamos bonificados, animando
las inversiones.
2.- Desconocimiento de las prácticas culturales.
Los
agricultores del municipio son grandes conocedores del cultivo tradicional del
parral, pero en su mayoría ignoran las complejidades de una actividad enormemente
tecnificada y competitiva que requiere de una adecuada especialización o experiencia
práctica.
3.- La comercialización.
Actualmente
la producción de la zona se caracteriza por no presentar una dimensión suficiente
como para constituir un grupo de oferta con capacidad para canalizarla comercialmente.
Ante esta situación el agricultor se ve obligado a desplazar la cosecha hasta
los almacenes y alhóndigas de la costa. Ello supone un gran cambio y una mentalidad
abierta que rompe con las prácticas habituales de la zona en las que el agricultor
permanece encerrado en su producción agraria confiando que al final de la campaña
llegue alguien a comprar sus productos.
Invernadero en plena
producción
4.-El microclima
El
intervalo altitudinal comprendido entre los 500-600 metros es considerado como
el límite que marca la rentabilidad de los invernaderos. El déficit térmico
invernal de nuestra zona con respecto al Poniente y Levante almeriense condiciona
una productividad inferior a las de esas comarcas, además de retrasar la cosecha
a momentos de máxima afluencia del producto a los mercados, con la consiguiente
repercusión en su precio de venta.
La
trascendencia de este último punto es tal que consideramos de gran interés aclarar
una serie de elementos y conceptos que deben ser tomados en consideración tanto
por los que ya tienen invernaderos como por los que pretenden iniciarse en este
tipo de agricultura. Es necesario que conozcan las modificaciones que sufre
el clima del invernadero y como debe actuar para manejarlo.
El
primer punto a considerar debe ser el emplazamiento. Se debe elegir un terreno
expuesto durante todo el día al sol, huyendo de las vaguadas, quebradas, barrancos
e incluso edificaciones que puedan dar sombra al invernadero durante algún momento
del día. Se huirá igualmente del fondo de los valles donde puedan depositarse
masas de aire frío en los meses invernales y de los lugares donde sean frecuentes
las nieblas que impidan que la radiación solar llegue al suelo con toda su intensidad.
Una
vez elegido el emplazamiento habrá que decidir qué orientación es la mejor siempre
y cuando no haya otros limitantes de mayor peso, tales como inclinación del
terreno, viento, etc. Con la orientación Norte-Sur se consigue una mayor captación
de energía solar, procurando una mejor iluminación compensada a lo largo del
día en el recorrido aparente del sol sobre el horizonte. Esto se traduce en
una mayor homogeneidad y simultaneidad de desarrollo. En cambio la orientación
Este-Oeste dará un mayor desarrollo al lado sur.
Deberá
limitarle la anchura de los invernaderos, según la climatología del paraje,
con el fin de conseguir una buena eficiencia de la ventilación lateral, si no
se cuenta con ventilación cenital. Igualmente la pendiente de la cubierta será
la suficiente para facilitar la evaluación de las precipitaciones, limitando
la anchura de estas construcciones.
El
objeto de todo invernadero es la modificación del clima interno del recinto,
entendiendo como tal a la conjunción e interacción de diversos factores. Entre
estos debemos destacar cuatro: temperatura, luminosidad y composición del aire.
La
temperatura es quizá, el componente del clima con mayor peso específico en el
desarrollo de todos los procesos biológicos de la planta. Tanto la temperatura
del aire como del suelo son la resultante de un equilibrio energético entre
la energía incidente procedente del sol y la emisividad del invernadero.
A
lo largo del día la temperatura del invernadero varía constantemente, pudiendo
llegar en determinadas circunstancias a desbordar los valores considerados como
óptimos para los cultivos hortícolas, no sólo por arriba sino por debajo de
dichos valores, registrándose también grandes oscilaciones térmicas día/noche
con diferencias entre máximas diurnas y mínimas nocturnas del orden de los 20º.
Mediante
el manejo correcto de la apertura de los sistemas de ventilación, laterales
o cenitales, se conseguirá eliminar el calor excedente y procurar un mejor confort
a la planta. También existen diferentes artificios de sombreo ya sea con malla
externa al invernadero o encalado.
Cuando
las condiciones sean a la inversa, es decir, cuando sea necesario captar y conservar
la temperatura lo más alta posible, en los meses invernales, igualmente será
el manejo de la ventilación quien nos ayude a conseguirlo, y mejor aún si recurrimos
al empleo de doble techo con el que en nuestras condiciones hemos conseguido
una ganancia del orden de los 4ºC.
Existe
una estrecha relación entre la temperatura y la humedad. Así, al descender la
temperatura y al tener las paredes del invernadero una temperatura inferior
a la del punto de rocío del aire se producen condensaciones sobre las mismas,
e incluso sobre las plantas, que dependiendo de su temperatura se pueden crear
unas condiciones favorables al desarrollo de enfermedades.
Durante
la noche la condensación actúa como barrera protectora evitando o al menos frenando
la pérdida de radiaciones caloríficas. Por el contrario, durante el día reflejará
una parte de la radiación solar limitando la entrada de la luz y a la vez la
energía calorífica, debiendo eliminarse mediante ventilación u otros medios.
En
cuanto a la evapotranspiración , el invernadero es un elemento protector al
eliminar la acción del viento, con lo cual se mejora el equilibrio hídrico de
la planta.
Anteriormente
hemos comentado la importancia del correcto emplazamiento y orientación del
invernadero con vistas al mejor aprovechamiento de la radiación solar, una de
cuyos componentes es la luz. Esta actúa a través de tres procesos sobre el desarrollo
de los vegetales:
El
empleo de mallas de sombreo y de filmes plásticos con efectos difusores frente
a la luz tienen una gran importancia para controlar este factor.
Por
último, debemos hablar de la composición del aire confinado en el recinto del
invernadero ya que actúa, desde el punto de vista químico, en el desarrollo
del vegetal.
El
componente más importante a este respecto es el CO2 (anhídrido carbónico - dióxido
de carbono), anteriormente reseñado al hablar de la fotosíntesis o función clorofílica.
Dicho contenido de CO2 en el aire del invernadero sufre a lo largo del día,
oscilaciones considerables. Así, en las primeras horas de la mañana suele ser
alta como consecuencia del CO2 expedido por la planta en el proceso nocturno
de respiración, que es inverso en este aspecto a la fotosíntesis.
A
medida que aumenta la luminosidad del día la absorción de carbónico es cada
vez más intensa, bajando consiguientemente su concentración del CO2. Esto se
puede conseguir de forma natural mediante la apertura de las ventanas o sistemas
de ventilación, procurando un intercambio gaseoso con el aire exterior que normalmente
mantiene siempre una tasa aceptable de carbónico.
Por
cuanto hemos expuesto, respecto a la climatología de los invernaderos, podrá
comprenderse que el agricultor que se inicia en este tipo de cultivo encontrará
notables dificultades que no se le habían presentado con cultivos al aire libre.
Por ello, con estas breves reflexiones, hemos intentado concienciar de la importancia
que tiene el conocimiento y control de los mecanismos de algunos de los factores
más determinantes sobre la producción y rentabilidad de los cultivos.