EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 3 | ECOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE |
El arbolado a nivel local
FRANCISCO MARTINEZ GONZALVEZ
Biólogo
Los
espacios verdes urbanizados, y en especial los árboles, constituyen los pulmones
de las ciudades y en este sentido está contrastado su efecto como agentes descontaminantes
y oxigenadores atmosféricos, como suavizadores de la temperatura y la insolación
en las calles, como humidificadores del ambiente, debido a la transpiración
de agua por las hojas, como amortiguadores de ruidos, captadores de polvo, etc.
Se
ha comprobado experimentalmente, que una encina de tamaño medio produce diariamente
el oxígeno que necesitan diez personas. De igual forma se ha comprobado que
en una calle con árboles en ambas aceras formando bóveda, la disminución de
partículas de polvo llega a ser de un 75% respecto a las calles no arboladas.
Aparte
de los efectos físicos producidos por los árboles en los espacios urbanos, diversos
estudios psiquiátricos demuestran el efecto tranquilizador del elemento vegetal
y así se habla de espacios duros y agresivos cuando predominan los elementos
arquitectónicos sobre los vegetales y de relajantes y apacibles cuando la relación
es inversa.
Pero
para ser exactos los árboles en condiciones de bajo o nulo mantenimiento no
sólo no producen todos los efectos potenciales que tienen, sino que pueden incidir
negativamente sobre las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad,
con caídas de ramas o árboles enteros, plagas molestas, caídas de hojas prematuras,
etc. Por tanto es preciso considerar el inventario arbóreo de una ciudad no
sólo en términos cuantitativos, sino también en términos de calidad, si esta
es alta podremos disfrutar de todas sus potencialidades, pero si es baja habrá
una tendencia a la degradación y sufriremos las consecuencias de esa mala calidad
del arbolado.
Asímismo,
desde el punto de vista estético-paisajístico, en las zonas verdes urbanas,
el elemento que de una forma más significativa interviene en la ordenación del
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espacio, es el árbol, estando determinado el resultado final de esa ordenación
a la propia naturaleza de la especie y a los tratamientos que reciba a lo largo
de su vida, tanto tratamientos que obedezcan a consideraciones estéticas como
las agresiones que sufra a lo largo de su existencia.
Desde
hace unos años, estamos al resurgimiento de lo que se denomina "La Cultura
del Árbol", algo que ya apareció en España en el siglo XVIII y que se desarrolló
en el XIX y principios del XX, pero que sufrió un parón de más de 50 años. Esto
está suponiendo un cambio profundo en todo lo relacionado con el árbol urbano;
desde nuevas técnicas de formación en vivero, abandono de técnicas de poda basadas
en la fruticultura, mayor predominio de las formas naturales de la especie,
hasta la consideración en sí misma del árbol en la ciudad; en este sentido el
pasado año y a instancias de la Sociedad Española de Arboricultura, ciudades
como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, entre otras, se han comprometido
institucionalmente en lo que se denomina "Declaración del Derecho al Árbol
en la Ciudad", que puede significar el punto de partida de una futura Ley
de Protección y Gestión del Arbolado Urbano en la CEE.
El
concepto de patrimonio arbóreo urbano se ha implantado en algunas ciudades,
elaborándose normativas específicas para su protección y gestión.
En
esta situación parece interesante que comencemos a conocer el patrimonio arbóreo
de nuestro pueblo; saber como se llaman, su origen, como son, cuales son sus
necesidades ambientales, que usos han hecho el hombre de ellos a lo largo de
la historia, etc. serán datos que en definitiva harán que aumente la consideración
hacia unos árboles que forman parte de nuestro entorno y que de nosotros dependerá
el estado en que los leguemos a posteriores generaciones. Vamos a conocer en
esta ocasión algunos árboles, que todos hemos visto alguna vez, probablemente
hayamos estado bajo su sombra y que quizás solo hemos reparado, hasta ahora,
en sus perjuicios.
Schinus molle
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Es
un árbol que teme las heladas fuertes, soporta muy bien la exposición directa
del sol y al viento así como los largos períodos de sequía. Respecto a la contaminación
no soporta la contaminación industrial y sí la urbana, es por tanto una especie
muy indicada para climas suaves marítimos. Es árbol de crecimiento rápido y
muy poco longevo (40-50 años), que no soporta bien las podas drásticas ni los
recortes excesivos de las ramas.
Es
una especie rica en aceites esenciales y volátiles, cuyas semillas han sido
utilizadas en algunos lugares como sustituto de la pimienta verdadera, así como
en la preparación de una bebida alcohólica. La corteza contiene un fuerte purgante
y las hojas se han utilizado en la cura de heridas externas.
Podemos
localizarlo en varios puntos del pueblo pero los ejemplares más grandes se encuentran
en el paseo Nicolás Salmerón.
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Phoenix canariensis
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Es
una palmera que se mantiene bien en maceta en su fase juvenil, pudiéndose apreciar
decorando patios y jardines.
Es
una planta que le gusta el calor y el pleno sol, aunque llega a soportar heladas
débiles (-6ºC). Soporta bien los vientos fuertes así como la proximidad al mar.
La altitud idónea para su plantación está en función de las temperaturas mínimas
que se dan en el lugar de la plantación.
Se
puede decir, en general, que es una especie muy rústica, que se adapta bien
a muy diversos climas y suelos, que resiste bien la sequía así como, tanto la
contaminación urbana como la provocada en zonas industrializadas.
Se
considera un árbol de crecimiento lento y muy longevo, llegando a superar los
600 años en condiciones normales.
Palmera
bien representada en nuestro pueblo, tanto en zonas públicas (Parque Huerta
de Rosalía), como en huertos y patios privados.
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Melia azedarach
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Respecto
a la contaminación, tolera bien la contaminación urbana pero no la industrial.
Es
de crecimiento rápido y de una longevidad media, de unos 100 años. Resiste bien
las plagas y enfermedades, pero no tolera bien las podas, siendo aconsejable
podas de mantenimiento cada 4-5 años, respetando el porte natural de la especie.
La
madera de este árbol es considerada buena para ebanistería y se emplea en construcción.
Sus
frutos son purgantes y de la semilla se extrae un aceite que se ha utilizado
en oca
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siones para el alumbrado. La corteza es amarga, vermifuga (que ahuyenta
las lombrices) y febrifuga (que sirve para quitar la fiebre). El aceite obtenido
de sus semillas es también utilizado en agricultura ecológica para combatir
pulgones, recomendándose no consumir hojas o frutos inmediatamente después del
tratamiento.
Se
puede localizar en varios puntos del pueblo habiendo ejemplares adultos en la
Piscina Municipal, Plaza de Lepanto y calle Dr. García Arance, tras el Ayuntamiento
viejo.
Podemos
terminar esta primera aproximación al conocimiento de nuestros árboles urbanos
con una cita del arquitecto paisajista Le Corbusier que afirma:
"Árbol, herramienta preciosa en manos del urbanista. Expresa la más sintética de las fuerzas de la naturaleza. Presencia de la naturaleza en la ciudad, alrededor de nuestro trabajo o de nuestro ocio.
Árbol, compañero milenario del hombre"