EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 25 Nicolás Salmerón y Alonso, 1908-2008
 

Domingo Nicolás

Nace en Murcia y muy joven se establece, como Ingeniero y docente en Cataluña y en Andalucía, donde lleva a cabo, profesional y literariamente, la mayor parte de su obra. Es galardonado con algunos reconocimientos poéticos nacionales, y con el Primer Premio Periodístico Ciudad de Ugíjar 1985. Actualmente dirige la prestigiosa revista 'BUXÍA arte y pensamiento' y, desde el retiro y el recogimiento, se consagra a su obra en el Valle de Pechina, por tierras abajeñas del ya bucólico Andarax.

Anochece en Alhama

Al gesto, en solitario, por la vida; a una excelsa y gloriosa decisión.

 

 

Nocturnos van perfiles de la vida cálido aliento de la casi aún tarde: aquí de nuevo alerto mi presencia detenido este flujo de mi sangre...

...Aquí, de nuevo, monte, en tus oídos sordos de tantas briznas siderales...

...De nuevo, insecto, aquí, ante tu influencia, —florecida en nocturnas ansiedades— nocturna la conjura de los grillos, nocturno el valle en quietas soledades...

...Desbordado en la abierta transparencia de tus nocturnos halos maternales.

Concha Castro:

Escritora gallega de nacimiento y almeriense de corazón. Colaboradora habitual del Circuito Andaluz de las Letras y de programas de fomento de la lectura. Parte de su obra está recogida en numerosas antologías y ha sido reconocida con diferentes premios.

Maestro

A Nicolás Salmerón y Alonso

 

"Yo, ser el que soy, ser racional, finito...".

Os hablo
desde la templanza del Maestro.

En la alta unidad de la ciencia hemos de encontrarnos.

Nada habéis de temer
de este corazón que sangra y sueña.

Sin tonos mayestáticos pronuncio este discurso:

Positivismo

Justicia

Equilibrio

Pacifismo

Ciencia y Verdad...

La Vida,

desde mis manos blancas.

José Tuvilla Rayo

De vocación, maestro; de profesión, inspector; como hombre, defensor de los derechos humanos; como escritor, sólo aprendiz.

Retrato de Don Nicolás Salmerón y Alonso

A Nicolás Salmerón y Alonso

 

No hay pasión que altere su mirada

Inteligente, ni las sombras ni la amargura.

Contiene la razón inalterable de quien no teme

Olas embravecidas, enemigas mordeduras.

La vida, su vida, un solo ideal la sostiene.

Amable el rostro que a la humanidad mira,

Sosegado, libre de ataduras.


Solo mira, sabia e íntegra figura.

Acaso la luz del lienzo disipa,

Levemente, su fuerza y su estatura.

Mientras el pintor su carácter adivina,

El, imagina la España de sus sueños.

Recatada la mano, detiene la suerte

Ordenada de quitar la vida. Y se convierte,

Noble el pulso y el latido, en su propio dueño.


Atardece y huele a naranjos en la huerta,

Lejos el mar y las dunas,

Olas de hierba que el viento mece.

Ni el exilo sofoca esta cordura,

Silentes las horas en una extraña tierra,

Ocaso tal vez, más siempre la razón y la ternura.

 

La herencia de D. Nicolás Salmerón es su pensamiento. Defensor a ultranza de la dignidad humana, no supo vencerse por el poder, convirtiéndose en uno de los políticos abolicionistas de la pena de muerte más importantes de nuestra historia. Supo revindicar la libertad de prensa, promovió una democracia sin ataduras, verdaderamente representativa, abogó por la vertebración de una España que respetase sus singularidades y creyó en una escuela laica que dotase a los ciudadanos y ciudadanas de una educación y una cultura que les permitiera el pleno ejercicio de sus derechos. Creyó, en definitiva, que la razón y la ética debían estar estrechamente unidas, que no hay ciencia sin conciencia y que, por encima de los ideales de los partidos, estaba un ideal mayor: la humanidad. Por ello, estamos obligados a alimentar cada día la llama encendida de su memoria.

La portada del Diario Universal, publicada en febrero de 1904, dedicada al aniversario de la República Española, se ilustra con un dibujo de D. Nicolás Salmerón y Alonso. Es un retrato a plumilla que representa a nuestro personaje de pie, con el brazo izquierdo apoyado sobre unos libros que descansan en una mesa. La mano derecha dentro del pantalón. Se adivina la cadena de un reloj de bolsillo. Seguramente, este fue el motivo que inspiró al pintor José Díaz Molina para realizar, cinco años más tarde, el famoso retrato que se encuentra en el Ayuntamiento de Almería y que nos muestra a D. Nicolás en la misma actitud, pero más joven, con la frente despejada y con la cara cubierta por una espesa y canosa barba. La mano libre, la mano izquierda, cae leve y venosa. La mano derecha, recatada, en una expresión de desuso, tal vez simbolizando aquel acto de recto proceder que le valió su renuncia a la presidencia del gobierno al negarse a firmar una sentencia de muerte. Ambos retratos han inspirado el poema con el que rindo homenaje a nuestro más ilustre paisano.

Pilar Quirosa Cheyrouze

Escritora. Crítica literaria y autora de diversos libros de creación. Articulista en prensa y Jefa de Publicaciones Externas del Instituto de Estudios Almerienses. Miembro de la Directiva de la Asociación Andaluza de Críticos Literarios. (AACL)

Arraigo fértil de luz

A Nicolás Salmerón, por la dignificación de la Historia.

NO fue la sangre

oscura de la mediocridad

la que te llevó a utilizar la pluma

del desconcierto.

 

Huiste de listas negras

y de papeles acuciados por las sombras

infames.

 

NO quisiste pertenecer

al bando de los espectros

abrumadores de soledades.

 

Pariste la libertad como emblema,

como logro personal

ante las injusticias.

 

Y un viento nuevo triunfó

sobre los pliegos de la hipocresía,

camuflada, tantas veces,

entre las falsas flores y la avaricia.

 

Todas las firmas eran de paja,

extraídas de las falacias

de la Historia.

De la sangre corrompida.

De la injuria y la vileza.

 

Nos queda, para siempre, tu nombre,

tu vida, tu ejemplo amantísimo,

alhameño defensor de verdades.

 

Y el aliento para creer en la humanidad.

Victoria Cuenca Gnecco Escritora e investigadora de la historia de Adra. Colaboradora del Centro Andaluz de las Letras. Miembro del Sindicato de Escritores de España. Socia de honor de la asociación cultural Amigos de la Alpujarra de Adra. Su obra ha recibido numerosas distinciones entre las que destacan el Primer Premio de Poesía A. C. Celia Viñas en 1997 y el Primer Premio del Certamen de Poesía EI Eco de Alhama en 1998.

 

A Nicolás Salmerón y Alonso

In memoriam

 

 

 

Libertad, Justicia y Paz...

Tu lucha por un mundo liberado

con la entrega tenaz

de alcanzar lo esperado

y alzar el pensamiento abanderado.

Manuel Ángel Tortosa Cadenas

Don Nicolás, alhameño de palabra.

Tú fuiste el elegido,

por ser hombre de palabra,

siendo sabio y bien nacido,

gloria perenne de Alhama.

Por tí, profesor,

entre mis muchas plegarias

¡Llevo a bien y mucho honor,

ser tu voz en la distancia!

¿Cuál será la mano negra

que quiso mover los hilos?

Siendo faro de tinieblas,

nunca pudieron contigo.

 

Allí quedaron las voces

de aquellos que blasfemaban,

mal nacidos y traidores

sin hacer sombra en tu alma.

 

Serás siempre presidente.

Por no doblegar el brazo

y entre tus gentes de siempre,

un ilustre ciudadano.

¡Qué lejos queda el silencio!

¡Mas cerca la hipocresía!

Pues siendo sucios y necios,

tu ejemplo perduraría.

 

Lleva una coplilla el viento

que sopla entre las montañas

que dice cuánto lo siento,

don Nicolás de mi alma.

 

¡Pues siendo tú pregonero,

y alhameño de palabra,

hoy tan vivo te recuerdo,

que te siento en la distancia!

Va por tí mi copla alzada,

con vino de mil lugares,

a un hombre de pura raza,

de aquellos de los de antes.

 

Alhama te llevo dentro

España en el corazón

Serás de todos ejemplo,

y para todos, pasión.