EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 13

... Y además


Antonio Moreno Soriano


n el nº 8 de nuestro Eco, las colaboradoras, Ana Mª García y Joaquina Amorós, haciendo la recopilación de las actividades culturales, refiriéndose a las fiestas de san Juan y la Virgen del Río, decían que les agradaría poder conocer como se celebraban en años pasados, en los que ellas aún no habían nacido.

Yo desde mi carcomido baúl de los recuerdos, trataré de buscar alguno de aquellos años 45-50.

SAN JUAN. En mi recuerdo permanece la verbena que se celebraba en la gasolinera de Ferrer (la única que había), situada debajo del Cuartel de la Guardia Civil (el viejo). Allí había un bar o puesto de bebidas (de Antonio Ferrer) en cuya puerta se instalaba una pequeña orquesta (no recuerdo exactamente quién lo componía -quizás el Maestro Bernardo).

Tocaban hasta el amanecer y a la que acudía todo el pueblo- no había tantos lugares donde bailar como ahora-. Durante toda la noche, corría el vino, ponche, creo recordar que había también un "CHAMBIS", con sabor de fresa o limón polos (un trozo de hielo en forma de embudo alrededor de un palo, también con sabor de limón o naranja. -Lo que no se es como lo conservaban fresco no teniendo neveras, creo que en las garrafas mencionadas había trozos de hielo con sal gorda, que era lo que hacía durar sin derretirse.

Al amanecer, y antes de que saliera el sol, había que ir al "CHORRILLO" o a los "CAÑOS", para lavarse la cara, aunque siempre había algún atrevido que se "tiraba" a la balsa de la fuente, desde el "pingano." Esta creo que era la única verbena que se celebraba, aparte de los bailes "caseros" o los "velatorios de las cruces".

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LA VIRGEN DEL RIO. Por lo que me cuentan como se celebra ahora, nada que ver con mis recuerdos. Entonces había en la era, unos puestos de turroneros, algún juguete, pitos y pelotas de vaivén, varias "chozas" con melones y sandías, alguna, creo que también con ponche -poco melón y mucho vino-; tanto los melones como las sandías se comían normalmente, en el río, habiéndolas puesto antes a refrescar en el cauce de agua que movía el molino de Paco Martínez. Devoción mucha, diversión poca, pero sana. Misa y procesión por la tarde y "castillo" al anochecer, y se acabó la fiesta.

Durante toda la noche anterior a la fiesta, se había velado a la Virgen que también se visitaba y no se quedaba sola, durante todo el día.

EN LA FIESTA DE LAS BARBAS DE SAN ANTÓN, lo típico era que, pandillas de otros barrios, robaran los serones, aguaderas, aparejos que se quemaban y llevarlos arrastrando hacia su propia hoguera.

Esto es lo que he podido sacar de mi viejo baúl

Desde la distancia, un abrazo para todos y nuestro ECO, sirva para que no se olviden estas cosas, que no dejan de ser la Cultura de un pueblo.