EL ECO DE ALHAMA N�MERO 7 | ALHAMEÑOS ILUSTRES |
José Artés de Arcos
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Nace
Alhama de Almería el 27 de Febrero de 1893, en la calle que hoy lleva
su nombre y en la casa de sus padres justo al pie de la torre de la iglesia.
Sus padres Gabriel Artés Pascual y María de Arcos eran panaderos
en Alhama. A los pocos años de nacer y por cuestiones políticas
se marchan a Tabernas donde permanecen varios meses, instalándose posteriormente
y de forma definitiva en Lucainena de las Torres, donde el joven José
Artés pasaría toda su adolescencia.
A
los doce años de edad trabajaba en la panadería de su padre y
puesto que el trabajo se efectúa de noche, emplea la mayor parte de las
horas diurnas en la lectura de tratados de física, alternando con la
ejecución de trabajos de pequeña mecánicas a los que era
muy aficionado. Arregla relojes, máquinas de coser, construye un violín,
un triciclo y finalmente un alambique para la destilación de licores,
empleando para ello los más diversos materiales, dando con ello muestras
de su interés, desde la tierna edad por emplear su tiempo en cosas útiles.
Su
padre le coloca de aprendiz en la "compañía Sota Aznar"
teniendo que trabajar durante un año, ya que los reglamentos así
lo exigían, de sol a sol cargando material casi incandescente, salido
de los hornos de calcinación a los vagones, para su transporte al embarcadero.
Al cabo de un año le destinaron a los talleres en calidad de ayudante
de forjador. Dedica sus ahorros, ya que no tiene ningún vicio, a la adquisición
de libros. Entre tanto se inscribe en el Instituto Norteamericano para estudiar
la carrera de Ingeniero a distancia.
Durante
su trabajo sus compañeros veían asombrados que, mientras se calentaba
el hierro en la fragua, resolvía con una tiza problemas de cálculos
de engranajes, cubicaciones, etc.; y de noche sobornando con pitillos a los
operarios procuraba colocarse clandestinamente a la sección de máquinas
para observar el desarrollo del trabajo de torno. Al año y medio después
ocupa una vacante de tornero mecánico.
Impaciente
por perfeccionar su profesión se traslada a Melilla donde ingresa de
tornero en la "Compañía Española de San Juan de las
minas" logrando en menos de dos años el puesto de encargado en la
sección de máquinas y herramientas.
En
1918 siendo un modesto operario tornero y robándole horas al descanso,
se construye en horas festivas un motor rotativo (o turbina de explosión),
que es su primera patente de invención, nº 61714, de las que luego
habrían de sobrepasar las quinientas al correr de los años.
Por
entonces comienza su obra social organizando en Melilla un club deportivo y
fundando una escuela de aprendices, de la que es nombrado profesor de matemáticas
y dibujo.
En
julio de 1918 se traslada a Barcelona, y mientras de día trabaja en una
empresa de reparando motores de buques, por la noche asiste a dos academias,
una para ampliar sus conocimientos técnicos y otra para aprender el idioma
inglés.
La
gratificación y el importe de las horas extraordinarias recibidos por
una importante reparación de un barco, seiscientas pesetas en total,
son el capital incial para establecer en 1927, un tallercito de reparación
de automóviles.
Conoce
a su mujer, ya que él paraba en una pensión de la Rambla de las
Flores en Barcelona, de la que eran dueños los padres de ella. Después
de unos años y de varios intentos, vuelve de Gerona y se casan, instalándose
de realquilados en una casa cerca de la Sagrada Familia.
Casado,
con un hijo, sostén de sus hermanas, ve como el tiempo avanza y los escasos
ingresos económicos no llegan a cubrir los vencimientos de las letras.
Pero él no concibe otra solución que la del trabajo y con el fin
de mejorar su situación comienza a inventar un gran número de
accesorios de automóviles.
En
el año 1929, habitando un pequeño altillo de madera instalado
en el mismo local de su industria, situado en la calle de Córcega, ya
podemos ver el nombre de Artés en el parachoques del automóvil
de S.M. el Rey Don Alfonso XIII. También por entonces entre otros inventos
encontramos el economizador de gasolina Artés, el silbato, hasta llegar
a la más famosa y productiva de sus patentes, la bocina de aspiración,
que en poco tiempo fue copiada por la mayoría de los países. Realizó
una demostración de este invento aplicándolo a un coche comprado
a plazos y recorriendo España entera de viaje de propaganda, ante el
asombro de los habitantes de los pueblos y ciudades a la vista de un conjunto
de bocinas de diez notas que interpretaba música regional. El final de
este viaje culminó en el patio del Palacio de Oriente en el que entró
Artés tocando la marcha real, y poco tiempo después en los Campos
Eliseos de París en ocasión del Salón del Automóvil
interpretando la Marsellesa con su bocina.
Durante
la Guerra Civil, la situación económica es más holagda,
de sus doce hijos sólo viven seis, pero la inquietud de Artés
no conoce límites, ambiciona su propia industria, sus propias máquinas,
así que ayudado por sus antiguos aprendices se construye sus utillajes
y máquinas especiales, mecanizándolo todo y rematando esta obra
cuando levanta la que sería su primera fábrica en un solar con
mucha visión de futuro en una zona un poco apartada de Barcelona, pero
que a la larga llegaría a ser uno de los lugares más importantes.
De las cinco plantas, dos las destina al trabajo, con una
superficie
de cuatro mil metros, con abundante luz, calefacción, botiquín,
espléndidos lavabos y duchas, etc. Las tres plantas restantes, dedicadas
a la vivienda de él y sus hijos, al igual que para muchos de sus empleados.
Desde
este momento sube como la espuma, realiza sociedades con todos los grandes del
automóvil, llegando a ser una de las industrias de repuestos de automóvil
más completas de Europa.
A
mediados de los años 50, ya estaba bien asentado en Barcelona, vuelca
su mirada y su capital para Almería. Él nunca borraba de su mente
su pueblo. A lo largo de todos estos años de actividad, visitaban Alhama
por fiestas, sobre todo por San Nicolás. En el año 1955 restaura
la casa que fue de su padre, donde nació, y que utilizarán de
lugar de residencia en sus innumerables visitas, cada vez más, a Alhama.
Compró
en sociedad con Domingo Artés y Pérez Manzuco un solar en Almería
junto a la Rambla donde instala un taller de reparación de coches y un
taller de carpintería, que utilizará para realizar toda la carpintería
de sus propias construcciones, al igual que en la actual Avd. del Mediterráneo,
instalará una pionera fábrica de bloques de hormigón utilizados
también para sus construcciones. Podemos decir que todo lo que necesitaba
se lo fabricaba él mismo en sus talleres instalados al respecto.
Compró
el solar junto a la Estación de Autobuses y ahí constuirá
la fábrica de Almería. Por entonces también tenía
otra gran cantidad de industrias en Madrid, dedicada a la construcción
de arcas de caudales, ya que compró la patente a "Soler", el
más fuerte en este tema, y llegó a tener la más importante
firma de España.
Estando
en Barcelona sufrió dos ataques de reuma que le afectaron al corazón,
por lo que hizo que le trajeran en ambulancia, ya que no había un mejor
medio de transporte, a Alhama, para bañarse en los baños termales,
que por entonces eran propiedad de Falange. Después de darse unos baño
fue tal la mejoría que volvío conduciendo a Barcelona. Desde entonces
en su cabeza solo ronda la idea de comprar este edificio para que se pueda beneficiar
la humanidad de este agua.
Después
de comprarlo, lo restaura y hace un Hotel Balneario donde pudiesen venir personas
de todo el mundo a curarse. Anexo al Hotel construye una fábrica que
se dedicaría una vez cerrada la de Madrid, a la construcción de
cajas de caudales. Encima de ésta construirá unas viviendas para
los empleados que no tienen casa.
Desde
muy joven y a lo largo de su vida le obsesinó el tema del agua. Siempre
contaba que siendo crío y bajando por la calle de la fuene con su madre,
tenía la sensación de que se iba a ahogar, pidiéndole a
su madre que le cogiese.
Esta
inquietud le llevó a realizar varios sondeos en Alhama en la zona del
Humbrión, cuando el pueblo estaba todavía bastante mal en este
aspecto, obteniendo buenos resultados. Unos años después, realizaría
el último de los sendeos en la misma carretera junto al "Molinero",
dándole buenos resultados en cuanto al agua, pero muchos quebraderos
de cabez en cuanto a denuncias y pleitos por falta de permisos, etc. A raíz
de este sondeo creó una planta embotelladora de agua que estuvo varios
años comercializando el agua de Alhama.
Fue
declarado hijo predilecto de Alhama, y en las fiestas Patronales del año
1966 en las que se inauguró una fuente pública en la Plaza de
España, fue el pregonero, diciendo en dicho pregón palabras como
estas que resalto textualmente a continuación ya que demuestran por sí
solas la personalidad de este hombre y lo comentado anteriormente sobre el agua:
"Insensiblemente estamos siendo testigos de una profunda transformación
de nuestro pueblo ..." , "... yo podría decir que estamos pasando
de la era de cántaro a la era del confort y la higiene; a una época
en la que esfuerzos, sudores y desvelos por el pan de cada día, van a
depender menos de los rigores de la climatología áspera ...",
"Hace tiempo os prometí que no iba a descansar hasta encontrar agua
y he podido cumplir mi promesa. Recuerdo que en el acto en que me declarasteis
Hijo Predilecto de la Villa, se alzó una voz diciendo: -Artés
preocúpate de traernos agua-. Aquella voz resumía el ansia incontenible
de generaciones que padecían la fatiga del agua y la sed de sus tierras.",
"... nunca mi pensamiento pudo separar la angustiosa llamada de aquellas
palabras, que llegaron a obsesionarme. Consideré que no tendría
derecho al descanso en tanto no lo consiguiera. Por eso en este acto, tengo
la enorme satisfacción de regalaros una fuente pública con agua
potable y fría...", "... hemos encotrado un caudal que todavía
no puede cifrarse porque supera a los veinte litros por segundo que la maquinaria
instalada puede elevar, y está a vuestra disposición para canalizarlo
hasta el interior de los hogares."
El
día 1 de Enero de 1985 muere en Almería después de llevar
un año prácticamente hundido por la muerte de su mujer. Su salud
era envidiable, dijo adiós a la vida casi por gusto, quien tanta vitalidad
había inyectado a las personas siempre.
Termino
con sus propias palabras. "Creo que lo importante es mirar al futuro,
ya que nuestra comunidad, como todo órgano vivo, o crece o muere. De
los hombres y de los pueblos má interesante que averiguar de donde vienen,
es saber a donde se dirigen."